Historia de la Parroquia – Entrega Nº 40
MARZO 2014
Hoja C.A. 266
La Cuaresma es un tiempo oportuno, favorable, en el que la Iglesia hace un alto en el camino para revisar, reflexionar, corregir, enderezar…
El mensaje que evoca la Cuaresma es un proceso de maduración hacia la consecución de la Promesa. Junto a la Cuaresma se ordenan una serie de símbolos repletos de sugerencias fundamentales: el Éxodo, el Desierto, las Pruebas de la fe, la Promesa de la tierra nueva, la Esperanza, la Purificación del hombre, la Alianza o el Encuentro del pueblo con su Dios.
La Cuaresma es el estilo de vivir del creyente en el mundo, su talante. Este tiempo es ocasión para la revisión de una Iglesia que se debe reconocer también pecadora. Es un momento oportuno para que la comunidad caiga en la cuenta de que no debe cejar nunca en el esfuerzo de la penitencia, la oración y la limosna.
La Cuaresma proclama la misericordia de Dios pero, a la vez, nos hace caer en la cuenta de que no son obras exteriores lo que agrada Dios, sino la conversión interior, el camino del corazón, la regeneración de la persona desde su misma raíz. Conversión que más que en ayunos y abstinencias se ha de manifestar en la adecuación de las actitudes y comportamientos con el espíritu evangélico. El clima espiritual de estos días nos lo describe el salmo 50, cuyo espíritu de confesión del pecado y confianza tiene que asimilar la comunidad cristiana. Recordemos, ya desde el comienzo, el sentido ascendente y preparatorio que tiene la Cuaresma. Mediante ella nos purificamos para llegar al hombre nuevo, a la fiesta pascual.
La Cuaresma no se vive auténticamente si no se hace además revisión de la situación concreta en que vive la sociedad y sin tomar una posición ante las estructuras de injusticia, opresión y pecado que rodean al hombre y le van conformando poco a poco en una criatura envejecida y caduca. No es un culto externo lo que Dios busca en nosotros, ni ritos, ni ayunos farisaicos, ni imposiciones de ceniza. El sacrificio verdadero se fragua en el corazón por medio de la fe y la conversión.
La fiesta de la Pascua es el fin de la Cuaresma, como culminación de nuestra vida. Es el misterio vivido en la muerte y resurrección de Jesús.
La fiesta de la Pascua es el fin de la Cuaresma, como culminación de nuestra vida. Es el misterio vivido en la muerte y resurrección de Jesús.
Los Sacerdotes
RESUMEN ECONÓMICO AÑO 2013
INGRESOS: 109.371,79 €
TOTAL PAGOS: 110.328,59 €
DÉFICIT…………… – 956,80 €
Además en la Parroquia hemos colaborado con la Diócesis y con otras instituciones sociales y misioneras, con los siguientes importes:
Cáritas 7.470,00 €
Domund 3.580,00 €
Seminario 2.342,00 €
Manos Unidas 8.200,00 €
Iglesia Diocesana 1.755,00 €
Proyecto Hombre 1.252,00 €
Queridos amigos: Un año más desde el Equipo que componemos el Consejo de Asuntos Económicos parroquial, os presentamos el resumen económico del año 2013 y algunos comentarios al respecto.
En primer lugar, como siempre, agradecer la colaboración de todas las personas que componemos la Comunidad parroquial.Como recordamos año tras año, la Parroquia se sostiene exclusivamente con nuestras aportaciones, y sin ellas no sería posible la vida de la misma ni su actividad pastoral y social.
El comentario principal de este ejercicio es que aun habiendo tenido un déficit de unos 1.000 €., se han conseguido frenar los importantes déficits en que incurríamos los ejercicios anteriores, siendo la situación económica general igual, o peor por lo prolongado de la crisis.
Por el lado de los ingresos, nos mantenemos en una situación de relativa estabilidad en cuanto a las aportaciones domiciliadas (con un pequeño incremento) y una continua tendencia a la baja en las colectas en los últimos años (ésta más preocupante). La situación sigue siendo difícil para todos, sólo podemos animar a la participación en la vida parroquial a todos los cercanos. Es desde aquí, cuando uno siente que su Comunidad es algo propio, desde donde nace el sentimiento de corresponsabilidad.
Por el lado de los gastos, se ha realizado un muy serio esfuerzo de control, no habiendo realizado importantes reformas este año, que con el tiempo siempre deberemos realizar, sino las propias derivadas del mantenimiento.
Como veis, la partida del consumo energético, ajustando horarios, potencias contratadas… Es la partida más importante. El sistema de calefacción es eléctrico y dadas las importantes subidas que todos conocemos (prácticamente un 70% en los últimos años) no deja más posibilidad que estudiar y afrontar sistemas alternativos. Es un costo que no podríamos seguir afrontando de forma prolongada durante muchos ejercicios.
Con respecto a este último comentario, os informaremos oportunamente de los pasos a dar en la implantación de un nuevo sistema de calefacción (sin desmontar el anterior que en su caso se podría seguir usando) con una fuente de energía hoy por hoy más barata en cuanto al consumo de combustible necesario para mantener las mismas prestaciones que con la electricidad, como es el gas. Para ello será necesaria una importante inversión y buena financiación, contando con la ayuda y aportaciones de todos, como siempre ha sido.
Destacamos también el importe destinado al Fondo Común Diocesano, así como las generosas aportaciones a Cáritas, Domund, Manos Unidas, Iglesia Diocesana, Seminario y Proyecto Hombre, que han sido íntegramente destinados para estas instituciones.
Y el futuro… con esperanza, como no podía ser de otra manera.
Consejo Parroquial de Asuntos Económicos
CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO
Miércoles, 19 de febrero de 2014
Queridos Hermanos y Hermanas, ¡Buenos días!: A través de los Sacramentos de la Iniciación Cristiana, el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, el hombre recibe la vida nueva en Cristo. Ahora, todos lo sabemos, esta vida, nosotros la llevamos “en vasos de barro” (2 Cr 4,7), estamos todavía sometidos a la tentación, al sufrimiento, a la muerte y a causa del pecado, podemos incluso perder la nueva vida. Por esto, el Señor Jesús, ha pedido que la Iglesia continúe su obra de salvación también hacia sus propios miembros, en particular, con el Sacramento de la Reconciliación y el de la Unción de los enfermos, que pueden estar unidos bajo el nombre de “Sacramentos de sanación”.
El Sacramento de la Reconciliación es un Sacramento de sanación. Cuando yo voy a confesarme es para sanarme: sanarme el alma, sanarme el corazón por algo que hice que no está bien. El ícono bíblico que los representa mejor, en su profundo vínculo, es el episodio del perdón y de la curación del paralítico, donde el Señor Jesús se revela al mismo tiempo médico de las almas y de los cuerpos (Mc 2,1-12/ Mt 9, 1-8; Lc 5, 17-26).
1.- El Sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación –nosotros lo llamamos también de la Confesión- brota directamente del misterio pascual. En efecto, la misma tarde de Pascua del Señor se apareció a los discípulos, encerrados en el cenáculo y luego de haberles dirigido el saludo “Paz a ustedes”, sopló sobre ellos y les dijo: “los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen” (Jn.20,21-23). Este pasaje nos revela la dinámica más profunda que está contenida en este Sacramento. Sobre todo, el hecho que el perdón de nuestros pecados no es algo que podemos darnos nosotros mismos: yo no puedo decir: “yo me perdono los pecados”, el perdón se pide, se pide a otro y en la Confesión pedimos perdón a Jesús.
El perdón no es fruto de nuestros esfuerzos si no que es un regalo, es el Don del Espíritu Santo, que nos colma de la abundancia de la misericordia y la gracia que brota incesantemente del corazón abierto del Cristo crucificado y resucitado. En segundo lugar, nos recuerda que sólo si nos dejamos reconciliar en el Señor Jesús con el Padre y con los Hermanos podemos estar verdaderamente en paz. Y esto lo hemos sentido todos, en el corazón, cuando vamos a confesarnos, con un peso en el alma, un poco de tristeza. Y cuando sentimos el perdón de Jesús, ¡estamos en paz!. Con aquella paz del alma tan bella, que sólo Jesús puede dar, ¡sólo Él!
2.- En el tiempo, la celebración de este Sacramento ha pasado de una forma pública – porque al inicio se hacía públicamente- ha pasado de esta forma pública a aquella personal, a aquella forma reservada de la Confesión. Pero esto no debe hacer perder la matriz eclesial, que constituye el contexto vital. En efecto, es la comunidad cristiana el lugar en el cual se hace presente el Espíritu, el cual renueva los corazones en el amor de Dios y hace de todos los Hermanos una sola cosa, en Cristo Jesús. He aquí por qué no basta pedir perdón al Señor en la propia mente y en el propio corazón, sino que es necesario confesar humildemente y confiadamente los propios pecados al ministro de la Iglesia.
En la celebración de este Sacramento, el Sacerdote no representa solamente a Dios, sino a toda la comunidad, que se reconoce en la fragilidad de cada uno de sus miembros, que escucha conmovida su arrepentimiento, que se reconcilia con Él, que lo alienta y lo acompaña en el camino de conversión y de maduración humana y cristiana. Alguno puede decir:” yo me confieso solamente con Dios”. Sí, tú puedes decir a Dios: “Perdóname” y decirle tus pecados. Pero nuestros pecados son también contra nuestros hermanos, contra la Iglesia y por ello es necesario pedir perdón a la Iglesia y a los hermanos, en la persona del Sacerdote. “Pero, Padre, ¡me da vergüenza!. También la vergüenza es buena, es “salud” tener un poco de vergüenza. Porque cuando una persona no tiene vergüenza, en mi País decimos que es un ”senza vergogna” un “sinvergüenza”. La vergüenza también nos hace bien, nos hace más humildes. Y el Sacerdote recibe con amor y con ternura esta confesión y en nombre de Dios, perdona. También desde el punto de vista humano, para desahogarse, es bueno hablar con el hermano y decirle al Sacerdote estas cosas, que pesan tanto en mi corazón: uno siente que se desahogoa ante Dios, con la iglesia y con el hermano. Por eso, no tengan miedo de la Confesión. Uno, cuando está la fila para confesarse siente todas estas cosas – también la vergüenza – pero luego, cuando termina la Confesión sale libre, grande, bello, perdonado, blanco, feliz. Y esto es lo hermoso de la Confesión.
Quisiera preguntarles, pero no respondan en voz alta ¿eh?, Cada uno se responda en su corazón: ¿cuándo ha sido la última vez que te has confesado? Cada uno piense. ¿dos días, dos semanas, dos años, 20 años, 40 años?. Cada uno haga la cuenta y cada uno se diga a sí mismo:¿cuándo ha sido la última vez que yo me he confesado?. Y si ha pasado mucho tiempo, ¡no pierdas ni un día más! Ve hacia delante, el Sacerdote será bueno. Está Jesús, allí ¡eh? Y Jesús es más bueno que los curas, y Jesús te recibe. Te recibe con tanto amor. Sé valiente y adelante con la Confesión.
Queridos amigos, celebrar el Sacramento de la Reconciliación significa estar envueltos en un abrazo afectuoso: es el abrazo de la infinita misericordia del Padre. Recordemos aquella bella Parábola del hijo que se fue de casa con el dinero de su herencia, despilfarró todo el dinero y luego, cuando ya no tenía nada, decidió regresar a casa, pero no como hijo, sino como siervo. Tanta culpa había en su corazón, y tanta vergüenza. Y la sorpresa fue que cuando comenzó a hablar y a pedir perdón, el Padre no lo dejó hablar: ¡lo abrazó, lo besó e hizo una fiesta! Y yo les digo ¿eh? ¡cada vez que nos confesamos, Dios nos abraza, Dios hace fiesta! Vayamos adelante por este camino. Que el Señor los bendiga.
Día 4 de Abril, a las 20 H: CONCIERTO CORO PARROQUIAL
Día 9 de Abril, a las 19 H. VISITA A LA EXPOSICIÓN DE LA SÁBANA SANTA.
EJERCICIOS ESPIRITUALES PARA MATRIMONIOS. Día 8 y 9 de Marzo en Quinta Julieta. Director: D. Daniel Granada Cañada.
MOVIMIENTO DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD, Nº 344. Del 21 al 23 de Marzo. QUE NO TE LO CUENTEN – ¡VIVELO!.
CHARLAS CUARESMALES. Lunes 24 de Marzo a las 18 H. Para los padres de Catequesis de Comunión.
Martes 25 de Marzo, a las 20 H., para todos.
Miércoles 26, Marzo, a las 18 H., para la 3ª edad.
“RENOVAR NUESTRO COMPROMISO BAUTISMAL”
D. Sergio Pérez Baena
EJERCICIOS FAMILIARES. Día 5 y 6 de Abril de 2014. en el Seminario de Tarazona.