JUNIO 2012
UN CORAZÓN COMO EL DE JESÚS
“En tu cuerpo encontrabas, en una parte, los ojos, en otra los oídos. ¿Y no los encontrarás en tu corazón? ¿O es que tu corazón no tiene oídos? ¿Por qué decía entonces el Señor: “El que tenga oídos para oir, que oiga? ¿Y es que no tienes ojos en el corazón? ¿Pues de dónde dice el Apóstol: “iluminados los ojos de vuestro corazón?”. Sí, vuelve al corazón. Y mira lo que sientes allí de Dios, pues allí está la imagen de Dios. (San Agustín, Comentario al Evangelio de San Juan, 18,10).
El corazón es un Universo entero. Para expresar toda la riqueza de afectos, de sentimientos, de bondad y de amor de Cristo, el arte cristiano representó la figura del Señor con el Corazón fuera del pecho, atravesado por una herida hecha por una corona de espinas y encendido en llamas en su parte superior. Una forma atrevida para representar el inmenso amor humano que nos tiene el Verbo de Dios que
no cabe en el pecho y está herido de amor por nosotros. “El amor está herido, el amor está herido”, gritaba San Francisco de Asís por los caminos.
no cabe en el pecho y está herido de amor por nosotros. “El amor está herido, el amor está herido”, gritaba San Francisco de Asís por los caminos.
No se puede entonces decir que el cristianismo o la Iglesia hayan despreciado los sentimientos y los afectos o hayan intentado aguar el amor con sus prohibiciones y límites morales. Al contrario, el amor encarnado, el amor concreto y directo, con consecuencias y con riesgos, es el distintivo de un cristiano auténtico. El amor cristiano pide hacerse comprometido, constante, entregado, tierno, comprensivo, atento… Pide poner tiempo y dinero, pide enfrentarse con las situaciones reales y poner “toda la carne en el asador”. En un nivel ya avanzado, pide entregar el corazón en una donación de toda la persona y casarse en fidelidad y fecundidad, o entregarse al Señor y a los demás en el sacerdocio, en la vida contemplativa o en la misión por el mundo.
El cristianismo será, en fin, un revulsivo del corazón. Una llamada a seguir a Jesucristo, conociéndolo hasta el fondo, sabiendo de verdad dónde y cómo vive, e incorporándose al grupo de sus amigos que siguen tratando de realizar lo mismo que Él hacía entre sus hermanos de Galilea y Judea.
A veces, el repaso de la vida moderna parece el retrato de una sociedad sin corazón. Grandes técnicos, grandes calculadores, a veces sin prever todo el alcance de sus acciones, que organizan la sociedad en torno a su rentabilidad y en su beneficio. Grandes procesos y grandes máquinas, cada vez más virtuales, que componen una estructura que lo consigue y lo controla todo. Hasta en las leyes. “Hagamos una sociedad perfecta, para que ya no haga falta ser buenos”, dijo el poeta Eliot. Luego sucede que el organigrama no es tan perfecto y que los cálculos universales eran incontrolables y los movimientos de una parte del mundo alteran la economía del otro lado del mundo, repercutiendo de un modo desconocido en mucha gente… La perfección de la técnica es sólo un sueño y como decía Goya, el sueño de la razón produce a veces monstruos…
Llegados a casa uno siente la necesidad imperiosa de descansar, de encontrar un momento de tranquilidad, de sentirse a gusto y seguros. Se comprueba entonces la tensión que existe entre una sociedad tecnificada y competitiva y una existencia llena de deseos esenciales, simples por una parte (comprensión, reconocimiento, atención, afecto…) pero a la vez mucho más exigentes.
Necesitamos recuperar el tiempo y el espacio del corazón. Necesitamos ver más con el corazón. Lo importante no es calculable ni previsible. Entra en el terreno de la sabiduría y de la generosidad, del amor y no de la matemática.
Este es el universo inmenso del corazón humano. Corazón que adoptó la humanidad de Jesús y que llevó a la plenitud de su capacidad. Universo en el que podemos meternos en este último tramo del curso pastoral, cuando coronemos todo el año con la próxima fiesta del Corazón de Jesús y de María su Madre. Pararnos hacer una “revisión del corazón”, preguntar al Maestro del amor humano y divino, presentar las tensiones de una vida compleja y no siempre bien gobernada, pueden ser decisiones sensatas en una recta final de curso. En el corazón de Cristo encontraremos el hueco que quizás nos faltaba para encajar mejor todas las piezas de nuestra vida, para retomar fuerzas o para disfrutar de los pequeños logros de la vida. El Corazón de Jesús es un buen sitio para descansar. Os invitamos a respirar un rato en Él.
El día 19 de mayo y salimos de la parroquia un grupo de 55 personas, componentes del coro parroquial, familiares y amigos acompañados por el sacerdote Don Wenceslao Sanz y por el seminarista José Alexander Quintero. Nos dirigimos en primer lugar al monasterio de Veruela, en la provincia de Zaragoza, asistimos a la celebración de la Eucaristía en la que participamos los asistentes con nuestros cantos y con las peticiones. Don Wences, en su homilía agradeció al coro su disponibilidad al servicio de la Parroquia, alegrando y animando las celebraciones concluimos la celebración de la Eucaristía con el himno de la Virgen del parque de Miraflores.
Seguidamente no dirigimos a Tarazona donde comimos en el hotel Las Brujas, reponiendo fuerzas para afrontar la jornada de la tarde, que comenzábamos con la visita a la catedral recién restaurada de Santa María de la Huerta.
Es una visita admirable y que merece absolutamente la pena realizar. La tarde lluviosa no nos arredró para seguir visitando la ciudad con nuestro guía: el convento de San Francisco, la judería, el palacio episcopal… Por cierto, cuando estábamos admirando el palacio salía el Sr. Obispo, a quien algunos tuvimos el gusto de saludar. Finalmente visitamos la plaza de toros vieja, de forma octogonal y del año 1792.
Con esto dimos por concluido nuestro recorrido por esta bella ciudad y emprendimos el regreso a casa con las máquinas llenas de fotos y nuestras retinas repletas de cosas bonitas… El viaje de vuelta transcurrió en buena armonía, con cantos y jotas (como conviene a un viaje de un buen coro). Todos hemos quedado encantados de disfrutar otro año, de esta salida del coro de la Parroquia y nos alegraría aún más recibir a más tenores y sopranos para el curso que viene. Un abrazo a todos, Angelita Hernández.
UNA ESCUELA LLENA DE VIDA.
Al finalizar el curso a veces alguien se preguntará ¿qué es la Escuela de Familia? ¿Es una “Academia” donde se imparten clases a buen precio?. Yo creo que es algo más. Es la escuela formada por unas profesoras generosas y un conjunto de alumnas unidas por vínculos humanos y cristianos, formando una gran familia. De ahí su nombre. Es el calor de la entrega hacia quien lo necesita, es el abrazo o el hombro donde apoyarse en un momento puntual.
También quiero significar la gran labor de unas mujeres que pasan todo el año preparando labores para el rastrillo, cediendo su tiempo, trabajo y en ocasiones dineros para realizar una gran aportación colaborando en proyectos sociales. En este caso junto a la Escuela de Familia, en el rastrillo de los días 24, 26 y 27 de mayo, aportando al banco de alimentos de Cáritas Parroquial nuestro granito de arena para tratar de paliar un poco las necesidades derivadas de esta crisis.
Desde estas líneas queremos, pues, dar las gracias a todos: profesoras, coordinadoras, alumnas, sacerdotes, sacristán… Ya que sin vuestra colaboración no existiría la Escuela de Familia.
Desearos un feliz verano, un “hasta el curso que viene”, animar a las nuevas que deseen incorporarse y recordaros esta frase: “Al atardecer de la vida, nos examinarán del amor”. Mª Pilar Celada y Mercedes Mangado
RASTRILLO A FAVOR DEL BANCO DE ALIMENTOS DE CÁRITAS PARROQUIAL.
Ya sabéis que el último fin de semana de mayo, coincidiendo con el fin de curso de la Escuela de familia y con una exposición de pinturas realizadas este año en la escuela, realizamos un rastrillo para ayudar a nuestro banco de alimentos, casi a cero a estas alturas del curso, como todos los bancos, por cierto.
Podemos anunciaros
con alegría que la recaudación de los tres días de exposición y venta y objetos ascendió a 1.200 €, que pasamos a Cáritas en forma de vales de comida. Os tenemos que agradecer muchísimo el esfuerzo realizado en ayuda de nuestros Hermanos más agobiados por la situación económica. Es el gesto de esperanza que está ayudando a soportar esta etapa difícil de nuestra sociedad. Y nosotros estamos poniendo nuestro grano de arena.
con alegría que la recaudación de los tres días de exposición y venta y objetos ascendió a 1.200 €, que pasamos a Cáritas en forma de vales de comida. Os tenemos que agradecer muchísimo el esfuerzo realizado en ayuda de nuestros Hermanos más agobiados por la situación económica. Es el gesto de esperanza que está ayudando a soportar esta etapa difícil de nuestra sociedad. Y nosotros estamos poniendo nuestro grano de arena.
Desde la Basílica de nuestra Madre del Pilar, cruzando el puente de piedra y contemplando la belleza de la Basílica con sus torres recién restauradas, nos dirigimos el pasado día 26 de mayo, caminando por la ribera del Ebro aguas arriba pasando por la arboleda de Macanaz y recorriendo todo el “Paseo de Ranillas”, hasta cruzar la formidable pasarela del «Voluntariado». Llegamos así, como peregrinos, al barrio de la Almozara, donde se encuentra la última Iglesia construida en nuestra Diócesis de Zaragoza, bajo el patrocinio de Santa María Madre de la iglesia. Un camino relajado, lleno de frescura, sereno en medio del mundanal ruido de nuestra ciudad.
Esta Iglesia, que actualmente depende de la Parroquia de nuestra Señora del Rosario, custodia una de las obras importantes, única en Zaragoza, del artista jesuita Marko Iván Rupnik, realizada con profunda religiosidad y clara teología. Se trata del “mosaico-retablo” que llena todo el frontal de la iglesia, extendiéndose también hacia el baptisterio y cubriendo la parte superior de la pared derecha. Verdaderamente este espacio sagrado se ha visto enriquecido no sólo de belleza, sino también de una obra que invita a la oración y la meditación contemplativa.
Como es natural en una romería mariana, al llegar rezamos el Santo Rosario, después, nuestro párroco Don Daniel, que ha tenido gran influencia en la realización de esta magnífica obra de Rupnik, explicó detalladamente lo que el artista ha querido transmitir, plasmándolo en un mosaico de una incomparable riqueza. Terminamos la mañana con un pequeño refrigerio, en el que compartimos un momento de convivencia las 60 personas que participamos en esta jornada dedicada a la Virgen.