
Llegamos por fin, después de vivir los días del Triduo Santo con intensidad, al sábado por la noche. Vamos a pasar a revivir el momento más importante para los cristianos. «LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR».
De la gran tristeza de ver a Jesús en los brazos de su Madre, con la pena y la aflicción reflejada en su rostro al ver a su Hijo con la carne hecha jirones, su corazón destrozado y sintiendo una soledad que nadie podía llenar al dejar a su Hijo en el sepulcro; a recibir la gran noticia de la Resurrección.
A las .22:00 horas dió comienzo la Solemne Vigilia Pascual.
En el atrio se procedió a la Bendición del Fuego y Preparación del Cirio.
El sacerdote invita a todos los presentes a que velen en oración en esta noche santa en que Jesucristo ha pasado de la muerte a la vida.
Seguidamente bendice el fuego y del nuevo fuego enciende el Cirio Pascual.
Las velas encendidas en las manos de los fieles se asemejan a los hombres que esperan que retorne el Señor y así cuando venga, los encuentre vigilantes.
Después todos van entrando en procesión a la Iglesia, con las velas (compradas en la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén) encendidas de la llama del cirio pascual, haciendo tres paradas.
Al llegar al altar, se coloca el cirio sobre un candelero.
Continúa la celebración con el canto del Pregón Pascual, que da paso a la Liturgia de la Palabra, que medita «los hechos» que desde el comienzo hizo Dios con su pueblo, que confiaba en su Palabra y en su promesa.
Al finalizar la última lectura del Antiguo Testamento se encienden los cirios del altar y el sacerdote entona el himno «Gloria a Dios en el cielo» que todos prosiguen, mientras se tocan las campanas y se encienden todas las luces del templo.
Sigue la celebración, con la lectura del apóstol San Pablo, el Evangelio, seguido por la homilía.
Continúa la celebración con la Liturgia Bautismal: Letanías, Bendición del Agua y Renovación de las Promesas Bautismales.
En este momento, comienza la Liturgia Eucarística.
Como recuerdo de la Peregrinación a Tierra Santa, se entregó a todos los asistentes, un frasco de «Agua del Jordán».
Y en este clima de alegría pascual, llegamos al final de la celebración, con el canto a la Virgen, del «Regina Coeli».
Los Sacerdotes agradecen al Coro Parroquial y a cuantos han contribuido con su trabajo, para que todo haya estado preparado, en todas las celebraciones de esta Semana Santa.
Igualmente damos gracias a todos por vuestra asistencia, porque da realce a nuestras celebraciones.
Finalizada la Eucaristía, compartimos un ágape en los locales parroquiales, aprovechando para felicitarnos una Feliz Pascua de Resurrección.